domingo, 27 de febrero de 2011
Resurfacing
Lejos de dar lecciones quirúrgicas, ya que esta definición es una aproximación muy peregrina, este ejemplo me sirve para introducir lo que he sentido este fin de semana. He sustituido una parte que me estaba enfermando por una nueva y resistente, mi resurfacing particular.
Costó mucho reconocerme de pronto en las palabras de mi compañera... me imaginaba en un ambiente protector, feliz, abierto, le evocaba sol, cielo azul, sonrisas, niños compartiendo y como no ¡mandarinas!
Pensareis que estoy loca, pero no, el ejercicio consistía en, tal como somos, imaginar cómo habíamos sido, adivinar nuestro pasado a través de lo que ofrecíamos ahora al mundo con nuestra personalidad.
Me sentí orgullosa, muy orgullosa, de que los demás percibieran de mí, alegría, soles, cielos azules, muchos niños y alegría. En su lugar, viví algo de soledad, mucho esfuerzo, superación, días grises, tristeza, incomprensión y muchas nubes negras...
Me cayeron las lágrimas cuando me dí cuenta de mi hazaña, me descubrí a mi misma como orgullosa y superada, como que había conseguido una gran gesta y que no me había dado cuenta hasta ahora.
He conseguido ser como quiero ser... nadie es de una determinada manera porque no pueda cambiar... no no hay "naturalezas" somos personas que dominamos, quizá no nuestro futuro, pero si nuestro presente.
Yo no pude cambiar la infancia que tuve, que ojo, las hay mucho peores, que a mi no me faltó nada, al menos nada importante, que ahí siempre estuvo mi madre para compensar todas las carencias, pero me dio una de las armas mas importantes que tiene el ser humano... CONSCIENCIA.
Siempre he sido consciente de lo que soy y de lo que tengo, y siempre he sido consciente de que si dejo de ser de determinada manera o dejo de hacer determinadas cosas, mi realidad cambia... siempre está en mi mano evitar o impulsar ese cambio.
Éramos pobres, pues sí, pero era consciente de lo que tenía, y de que no había mas, pero también era consciente de que podía haber mucho menos...como dice un amigo mío "lloraba por no tener zapatos y al girarme vi un hombre que lloraba por no tener pies" con lo cual siempre he sabido apreciar lo que tengo. Esa es la gran enseñanza que me ha regalado mi madre. Nunca jamas me ha engañado, ni me ha ocultado nada, para que no perdiese esa consciencia, hija, esto es lo que hay... no hay mas.
¡Qué gran regalo! ¿no os parece?, percibí los problemas desde niña como un adulto, masticados, si, pero sin perder un ápice de su contenido. Por eso después determinados problemas de mis compañeros de pupitre me parecían banales.
Me enseñó el valor del estudio, de la realización y de del sentimiento del amor propio, que modestia a aparte, siempre he tenido mucho, ¡siempre digo que estoy encantada de conocerme! al fin y al cabo soy la persona con quien voy a pasar mas tiempo en mi vida... ¡cómo para caerme mal!
Y a medida que me fui haciendo mayor, empecé a definir cómo quería ser.
Alcanzo siempre mi felicidad cuando los demás lo son gracias a mi, si mis amigos son felices porque yo los puedo ayudar, o porque comparten conmigo un gran día yo soy feliz, y si el clima en el trabajo es agradable porque yo puedo influir en algo para conseguirlo... yo soy feliz.
No soy perfecta evidentemente, tengo mucho que cambiar, tengo mucho que aprender, tengo mis días grises muchas veces, y nostalgia de lo que no pudo ser, que es la mas triste de las nostalgias, pero este fin de semana al menos, me ha dado una inyección de moral saber que merece la pena, intentar sonreir siempre que pueda si a cambio me devuelven desde el otro lado, otra sonrisa.
jueves, 24 de febrero de 2011
La transfiguración a Junco
Hoy por hoy, con millones de fallos, con millones de problemas y temas personales aún por solventar, creo que me estoy volviendo poco a poco junco. Me empujan, como las ondas en la orilla del río, pero pese a que me doblo e incluso me tumbo, poco a poco recobro mi posición inicial sin ayuda de nadie.
Me gusta saber que aunque las situaciones aún me siguen afectando, aunque los temas laborales traspasen lo personal y algunos días me hagan incluso llorar, poco a poco me recobro, me retorno a mi centro y yo solita soy capaz de retornar a mi posición inicial... estoy creciendo por dentro y eso es bueno.
Muchas veces reconozco que me pierde la bocaza, ¡en todo!, cuando me pasa algo bueno lo cuento a los cuatro vientos, me apetece compartirlo, y cuando me pasa algo malo también, necesito oirlo en voz alta, y que terceras personas lo escuchen y percibir su respuesta, digo percibir porque no siempre lo que dicen es lo que piensan, por eso prefiero guiarme por el instinto y leer entre líneas.
Esta semana ha sido extremadamente mala, doblando en el trabajo con un curso por las tardes, con el personal del trabajo, cansado, quemado y con un ambiente tenso, que no soy capaz de manejar, me siento sin manos, sin posibilidad de reacción, sin "poder" para solucionar problemas... y eso no me gusta en absoluto.
Me siento en medio de una gran pinza, con gente que reclama por debajo y gente que no da por encima, y yo quiero complacer, justamente, a todo el mundo... árdua tarea creedme.
Tengo muchas ideas, muy buenas intenciones, mucho trabajo por delante para realizar, pero antes de lo interesante hay que hacer lo urgente, y eso lo odio, quiero hacer lo importante, y no solo lo urgente... ¡primero lo primero! pero no soy mi propio jefe...
Me gustaría contagiar mi entusiasmo por el trabajo, mis ganas de hacer cosas nuevas, mis ideas y mi ilusión, pero no es la gripe, no es tan fácil,
Al menos, como inicié en este post, me estoy volviendo junco, cada día, aunque tarde mucho, consigo poco a poco retornar a mi posición inicial, la entusiasta, la enérgica, la enamorada de mi trabajo, para volver a la carga otro día mas... aunque tenga días "alambre" poco a poco me estoy convirtiendo en un Junco...
domingo, 13 de febrero de 2011
El porque de las cosas
Ultimamente me estoy dando cuenta de que ayudar a los demas sirve evidentemente a entenderse y reafirmarse a uno mismo.
Tengo una amiga, una de esas de las de verdad hecha una mierda. La cuestion es que se encuentra en una espiral descendente de la que no se si sera capaz de salir.
Durante dos años ha estado enganchada sentimentalmente a un lastre emocional que la esta arrastrando a la desesperacion. Sin embargo no quiere desprenderse, es una droga a la que se ha enganchado y va a ser dificil de dejar.
Me cuesta mucho hacerselo ver, al menos sin que le duela, y ademas pienso que por muy evidentes que sean las cosas las personas tienen que darse cuenta por si mismas o volveran a cometer los mismos errores.
Todos tenemos nuestros fantasmas, el tiempo, el deseo de amar y ser amado... nos rondan en la noche para atormentarnos y para que se nos nuble el juicio...nos hacen tomar malas decisiones y vemos el mundo con los cristales de unas gafas borrosas.
Ella solo quiere amar, y sobre todo que la amen, el tiempo corre en su contra, y ha escogido mal al elegido, no la ama, no la cuida, no le da lo que merece... pero el amor es ciego, sordo e incluso mudo, que no escucha la verdad, ni dice lo que verdaderamente siente, ni ve lo que tiene delante.
Solo necesita tiempo, como casi todo el mundo, para desintoxicarse, sufrir el mono y aprender a querer... a quererse a si misma.
miércoles, 2 de febrero de 2011
Crossing Alea
Por aquel entonces me encontraba yo en un cruce de caminos... ¿sabeis esa sensación que uno tiene en un cruce de carreteras cuando uno sabe que está perdido y no sabe por cual tirar?. Pues a veces te empeñas en seguir de frente por la general con la vaga ilusión de que como es el camino que llevas siguiendo varios kilómetros, al final irremediablemente tendrá que conducirte a tu destino... Pues no, porque cuando sospechas que estas perdido, es porque sabes que precisamente esa dirección no te lleva donde quieres... ¿qué hacer entonces? Te guías del instinto ( en esta metáfora no hay GPS ¿vale?) pegas un volantazo y a explorar por otro camino, que nunca se sabe si girando a la izquierda el destino es mejor...
¿Porqué cuento todo esto?, porque hace diez años ( o mas si me apuras ) así estaba yo, enfrascada en una relación sin futuro, donde sabes a ciencia cierta que no tiene futuro, y sin embargo te agarras hasta con los dientes a lo que tienes, porque te empeñas en que es lo mejor, en que es lo que hay, y en que es lo que te mereces... Pues no, otra vez mas.
En aquel cruce, yo sabía que de frente no iba a ir mas que a una vía muerta, pero hombre, era la autopista, y llevaba en ella demasiados kilómetros para arriesgarme a coger una salida, y a ambos lados, entonces solo creía que era un lado, tenía dos carreteras desconocidas para mi.
Uno de los chicos ( por si la metáfora se le estaba atragantando ya a alguien ) era un compañero del grupo de baile, mi pareja incondicional de salsas, merengues y cumbias, y me trató como a una reina, me llevaba, me traía, me hacía reir, me escuchaba, era atento, se preocupaba... y en aquella época aquello era toda una novedad para mi.
Lo que es mas, sabía que tenía pareja, que no estabamos muy bien, pero nunca me pidió nada mas. Evidentemente ya no soy una hermanita de la caridad, y todo aquel derroche no tenía mas objetivo que conquistarme, por supuesto, pero recuerdo aquel tiempo con cariño y con los años aprendí, que yo siempre aprendo, a que yo me merecía algo diferente, ni mas ni menos, solo diferente.
La historia termino mal, una noche, una canción especial, un beso en el peor momento y una noticia demoledora... casi nadie entendió nada excepto yo, y el mismo día que el chico se me declaró, mi por entonces novio me dejó definitivamente.
Pero la gracia de la historia, y a quien va dedicada especialmente (ella ya sabrá) comienza ahora.
No era solo un chico, sino dos.
Su mejor amigo, era la otra carretera secundaria que nunca supe que estaba ahí, no aparecía en mi mapa de carreteras.
Debajo de esa apariencia que describo, hay un joven ilusionado, agradecido, cariñoso, familiar y cercano, generoso a la máxima potencia, leal y comprometido.